Revisión de piel – Lunares
Acné, Rosácea
Tanto el acné como la rosácea son enfermedades inflamatorias crónicas de la piel, muy frecuentes en nuestro medio y en el mundo, constituyendo uno de los principales motivos de consulta que se observan en la práctica clínica diaria. Dado que la piel del rostro es el principal sitio comprometido, afecta a los pacientes no solo desde el punto de vista médico, sino que también afecta su vida social y profesional. Por lo tanto, es importante conocer su definición, subtipos y patogenia, para tener una comprensión global de esta patología y poder realizar mejores intervenciones terapéuticas.
¿Motivos de tu consulta?
Acné juvenil:
El acné juvenil, tanto en chicos como en chicas, es el más habitual y persistente, además de que suele ser el más severo. Aparece entre los 12 y los 20 años de edad y afecta, sobre todo, a la zona T de la cara (frente, nariz y mentón), pero también puede aparecer en pecho, hombros y espalda. Tiene mucha repercusión en la autoestima de los adolescentes. Incluso un acné leve puede dejar cicatrices de acné permanentes.
Acné adulto:
El acné adulto puede aparecer una vez superados los veinte años de edad y prolongarse hasta los 35 o los 40 años. En la edad adulta, sin embargo, se trata de una patología mayoritariamente femenina.
Rosácea:
La rosácea o el acné rosácea es una afección de la piel que causa enrojecimiento y la aparición de granitos rojos y con pus.
Dermatitis faciales y otras erupciones en el rostro:
La dermatitis seborreica, la dermatitis alérgica y la dermatitis atópica, así como la piel sensible, son causa de consulta al dermatólogo por la sintomatología que producen y por la afectación social asociada.
Marcas de acné u otras cicatrices:
Las marcas de acné son la principal secuela de esta afección cutánea. Estas cicatrices pueden ser profundas y muy visibles, por lo que suelen causar una gran preocupación estética. Cómo eliminar las marcas del acné es una inquietud frecuente, así como quitar cicatrices que afecten al rostro.