Revisión de piel – Lunares
Sudoración Excesiva
La hiperhidrosis es una afección que se caracteriza por una sudoración anormal o excesiva en una o más zonas del cuerpo, y que no está relacionada con el calor o el ejercicio.
Las partes más afectadas por la hiperhidrosis son las manos, los pies, la cara, el tronco, las axilas y las ingles.
La sudoración excesiva incrementa el riesgo de infecciones en la piel. Sin embargo, esta afección tiene sobre todo un impacto a nivel social y emocional.
La toxina botulínica tiene indicación aprobada para el tratamiento de la hiperhidrosis primaria de la axila severa y persistente, que interfiere con las actividades de la vida cotidiana y es resistente a tratamiento tópico.
¿Cómo actúa la toxina botulínica en el tratamiento de la hiperhidrosis axilar?
Bloquea temporalmente la liberación de acetilcolina de las fibras nerviosas simpáticas, que es la señal bioquímica que estimula las glándulas sudoríparas de la axila. De esta forma se obtiene una ‘denervación’ temporal y reversible de las glándulas sudoríparas.
La toxina botulínica se infiltra con distintas punciones intradérmicas en la zona axilar siguiendo una cuadrícula que se dibuja encima de la piel a tratar. Por lo general, el proceso es indoloro u ocasionalmente se puede percibir una mínima molestia con alguna de las punciones, solo en el momento de la inyección. El procedimiento dura entre 5 y 10 minutos. Posteriormente, el paciente puede llevar su ritmo de vida habitual.
La mejoría clínica obtenida normalmente aparece durante la primera semana posterior a la inyección. La repetición de las infiltraciones, se podrá realizar cuando disminuya el efecto clínico de la inyección anterior y el especialista lo considere necesario, aunque es recomendable a las 16 semanas de la infiltración previa.